Breve Historia del Vidrio
Origenes del Vidrio en la Antigüedad
Los primeras muestras de la historia del vidrio se encontraron en Egipto y en la costa del actual Líbano, básicamente se trata de cuentas de vidrio para collares, ciertos recipientes de vidrio y también ciertos tipos de lingotes de vidrio. Esto ha dado pie a la teoría de que la elaboración del vidrio era un secreto reservado y mantenido en las áreas en las cuales se producía el vidrio, de forma que los artesanos de otros lugares solo podían comprar lingotes para posteriormente producir sus piezas.
Se trata por lo tanto, junto con la cerámica, de uno de los materiales más antiguos, que nuestros ancestros empleaban para preservar y guardar los productos.
Según la narración de Plinio el Viejo en su Historia Natural, el descubrimiento del vidrio ocurre a orillas del actual río Naaman, en Fenicia (la actual Siria) por los mercaderes de natrón (material de sosa). Cuenta la leyenda que en una ruta que realizaban hacia Egipto, fueron a preparar la comida y, como necesitaban rocas donde apoyar las ollas, decidieron utilizar el natrón que transportaban. Entonces vieron que el natrón se fundía y que, en contacto con la arena del suelo, se convertía en un material brillante, parecido a una piedra, siendo así el origen del vidrio fabricado, leyenda posteriormente relatada por el alquimista Georg Bauer.
De la Antigüedad al Imperio Romano
Durante la Antigüedad, los egipcios y los fenicios destacaron como los principales productores y distribuidores de vidrio. Posteriormente, tras la conquista de Egipto por parte de Roma, varios vidrieros se trasladaron a la capital del Imperio Romano, donde su habilidad con el vidrio fue muy valorada por los nobles romanos. A raíz de esta distinción, comenzaron a establecerse fábricas de vidrio especialmente en Las Galias, Britania, la península Ibérica y en las regiones a lo largo del río Rhin.
Durante este período se descubrió que al agregarle al vidrio óxido de manganeso se podía transparentar, así como la técnica de el reciclaje de la cristalería romana. El término español, así como el francés (verre) para el vidrio, provienen de los romanos, ya que su color natural era verde, conocido como viride o viridus, de donde se deriva nuestro “vidrio”, o en francés verre del “vert”.
En la actual Tiro, una de las ciudades más antiguas del mundo, se desarrolló en el siglo I a.C. la técnica de fabricación del vidrio mediante soplado, la cual se difunde por todo el Imperio Romano.
La creación de la caña de soplar supuso una auténtica revolución tecnológica y hizo que los productos de vidrio fueran alcanzables para amplios grupos de personas.
Del Imperio Romano a Bizancio
Después de la caída del Imperio Romano, los principales productores de vidrio emigran a Siria y Bizancio, donde los fenicios sobrepasaron a los egipcios al lograr vidrio transparente e incoloro por primera vez, utilizando las arenas finas del río Belo. La producción de vidrio disminuyó en Europa, y sin embargo, el vidrio y su utilización, siguió prosperando en amplias zonas de los actuales Irán, Irak y Egipto.
Piezas de Vidrio Bizantino descubiertas en el Teatro Romano de Cartagena
El Vidrio en la Edad Media
Durante la era medieval, los venecianos mantienen y consolidan las técnicas de fabricación del vidrio heredadas de sus antepasados. Es entonces cuando los artesanos venecianos del vidrio, para evitar la difusión de su saber, se agrupan en la isla de Murano, dentro de la laguna de Venecia. Su contribución más famosa fue el desarrollo del vidrio de soda a la vez es flexible, fuerte y delicado, llamado como 'cristallo’, incoloro y extremadamente transparente, muy similar al cristal de roca. Sin embargo, el saber cruza todos los límites y las técnicas del vidrio se difunden hacia el norte, llegando a Alemania y especialmente en la que será su zona a de impulso, Bohemia, desde donde se extiende internacionalmente.
Además, desde el siglo XII al siglo XVI se desarollan las técnicas de las vidrieras, principalmente en templos religiosos, inicialmente trabajando distintas piezas de vidrio con colores limitados, luego con la técnica de la grisalla, y finalmente esmaltando de diferentes colores un trozo cualquiera de vidrio.
El arte de las vidrieras y su implicaciones llega a convertirse en uno de los procesos artísticos hegemónicos medievales.
En el norte de Europa y Gran Bretaña se producen objetos utilitarios de vidrio, desde Bohemia el vidrio común conocido como Waldglas (o ‘vidrio del bosque’) continúa produciéndose hasta la era moderna.
El vidrio, partiendo de Bohemia, se vuelve un objeto lujoso, únicamente accesible para la nobleza, la burguesía y las altas capas de la iglesia, hasta el advenimiento de la revolución industrial.
Revolución Industrial y Vidrio
Con la era industrial, la mecanización mejora y abarata la producción y fabricación de objetos sencillos de usar cotidiano, y se generaliza el uso de la botella y otros recipientes, con el empujón de la técnica de conservación de alimentos puesta a punto en Francia por Appert sellando y calentado recipientes de vidrio, hasta conseguir la esterilización en vacío.
Con la pasteurización puesta punto por Pasteur, se ponen las bases para al desarrollo de la industria alimentaria, y su automatización tal y como se conocen hoy en día.
En paralelo, muchos artesanos y artistas explotan las posibilidades de las técnicas tradicionales, como los diseños de Louis Comfort Tiffany en Nueva York de 1878 a 1933.
Tras sus viajes a Europa y en especial a Francia, Louis Comfort Tiffany con su equipo de diseñadores, para crear lámparas y también vidrieras para ventanas e interiores, desarrolla trabajos en vidrio opalescente, vidrio Favrile, fracturado, y otras técnicas artesanas.
